domingo, 21 de octubre de 2012

Esbozos al borde de la insensatez






Se me antoja caprichoso, que un domingo siga deslumbrando el sol a pesar de estar envuelto en nubarrones. Teniendo a su lado, cual espejo, una parcela de cielo despejado donde asoma cada día más temprano, la luna creciente, que traerá consigo (sine qua non) la más profunda oscuridad.

...Y regocijarme por haber podido compartir esa vista en un domingo con unas probabilidades de tormenta del 70%.

Que nos crucemos por casualidad con alguien que nos hace sentir bien. Que está a tu lado, sumando, en esos momentos en los que siempre has imaginado tener a "los de siempre". Alguien con quien compartir terapias caseras de receta fácil: buena compañía, película y algo de comida casera. Alguien que se deja contagiar y te contagia con su risa. Gracias.

...Llorar de risa, y pensar que hace unos días llorabas de pena por eso mismo.

Qué contradictorio sentir que con quien más te esfuerces es de quien menos recibes. Que intentes que alguien crezca mientras sientes que te pisan al subir. Y que al pensarlo te enciendas y te prometas no repetirlo, para después seguir ahí.

...Y que alguien a kilómetros te deslumbre con la misma voz de ayer, con las puertas abiertas y unas ganas sinceras de compartir algo de tiempo junto a tí. Y emocionarse al contarlo.

Qué pena pensar que ese capítulo que un día completamos entre tantos y disfrutamos tanto, lleva años vacío.

...Y llenarlo con innumerables momentos que estarán siempre en la memoria y en los álbumes, mientras la esperanza te brinda el pase a la siempre incómoda sala de espera. Llegaréis.

Qué surrealista que intentando lograr lo que siempre has buscado, en un ámbito en el que siempre te habías negado, te permita disfrutar de estudiar leyes...otra cosa de la que siempre has renegado.

...E inflarte de orgullo al pensar que has cogido las riendas, que estás dispuesto a luchar por lo que realmente quieres.

Qué curioso que mientras presumes de no haber llevado nunca un yeso andes jugando con el cuerpo de una forma frívola y a la vez constante, resultando herida en una de tus partes más profundas. Y que el dolor sea capaz de agriarte  hasta la mirada, encarcelándose bien adentro para perturbarte hasta el andar.

...Qué bonito poderse despertar analgesiada de manera natural, con el dolor inexistente. Y que sea así como más valoremos lo afortunados que somos por seguir vivos.

Y no saber si es cruel o bonito, que me resulte todo tan efímero como que haberme perdido en tu cuerpo hace sólo unas horas sea en este instante un recuerdo... Tan efímero como la sensación de que me has alegrado el día por oír tu voz tan sólo unos segundos. Gracias.


Y seguir flotando en la duda sobre si la caprichosa soy yo, o es la vida.



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...Se entiende que somos otra gente, corriente.
Llámanos resultones, los perdedores que se enamoran de las emociones...

El pasado ya ha  huido, el esperado está ausente pero el presente es tuyo.

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