jueves, 11 de abril de 2013

No digas nada porfavor...


Qué aburrimiento vivir envuelto...

de necesidades creadas,
de sonrisas falseadas,
de intereses sin piedad,
de imágenes como puerta de entrada,
de palabras hirientes que parecen otorgar dominancia,
de horas de estudio sin futuro...
que si te tropiezas, te pisan seguro.

Qué gustazo esos paréntesis...

de abrazos sentidos,
de momentos compartidos,
de miradas de complicidad
de disfrutar del calor del sol,
de sentarte a leer en un rincón,
de silencios buscados.

Qué pena...

que tantos sentimientos presos,
sean incapaces de fluir.
Tantas cosas que decir,
tan pocos ojos capaces de leer entre líneas,
tan pocos oidos que escuchen en lugar de oír.

Qué alegría...

saber que hay muy pocos y muy buenos,
ser capaz de distinguir un "te quiero" sincero,
disfrutar de cada momento, dedicándote exclusivamente a ello.
Desbordar sonrisas radiantes,
que te hacen sentir un poco mejor que el segundo de antes.


_______________________________________________________



Cuando el cociente entre la euforia y la anestesia son tan sólo horas,
y el resto debe tratarse de neutralizar ese imán innato hacia tanta turbiedad.

Que no hay capa de invisibilidad capaz de ocultar:

Sombras que ofrecen un cobijo que achicharra.
Pisotones como trampolín hacia su no pequeño ego.
Alegrías forzadas en victorias merecidas y poco esperadas.
Tantas máscaras envolventes...
que me pierdo entre la gente.
Que siempre he preferido poco y de calidad, y apesta tanta falsedad.

 _____________________________________________________


Lección aprendida años atrás - Aprender a valorar lo que tienes antes de perderlo




No hay comentarios: